Durante gran parte de mi vida he desarrollado la costumbre de convertir a tinta todo lo que he ido imaginando o experimentando. Poco a poco se fue convirtiendo en hábito y no es hasta ver la vida bosquejada sobre el papel que no la disfruto plenamente.
Lo mismo me ha ido sucediendo con la imagen. Cada día disfruto más la fotografía pero no es hasta verla convertida en trazos de tinta que no cobra vida plena para mi. La línea es la menor expresión y, al mismo tiempo, condensa todo el volumen que podemos imaginar. En la misma forma que una palabra o frase puede evocar todo un mundo de vivencias, así unos cuantos trazos, esbozados sobre el papel, pueden ser la esencia de una forma, una ciudad o un paisaje.
Desconozco el camino que has tomado, dentro de la maraña que representa Internet, para llegar hasta aquí, pero, sea cual fuere, te doy la bienvenida. Me alegro de que me encontrases y espero disfrutes la visita.
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